protegiera de sus miedos. El precio de esta lealtad son unos sentimientos insoportables de soledad, desesperación y la inevitable rabia de la impotencia. La rabia que no tiene adónde ir se redirige hacia uno mismo, en forma de depresión, autodesprecio y actos autodestructivos. Van der Kolk
Facebook: Sebastián Segui (Psicología)
desplegar@hotmail.com
Para más información dejo el enlace:
No hay comentarios.:
Publicar un comentario