Por ejemplo, si es amigo de una persona que está bebiendo y le llama por teléfono o aparece en su casa ebria, usted puede establecer un límite, pero tiene que estar dispuesto a aceptar las consecuencias de los mismos. Puede ser claro y respetuoso diciendo:“Me siento incómodo y desconectado de ti cuando estás bebiendo. Te aprecio, aprecio tu amistad y echo de menos la conexión contigo, pero no quiero que vuelvas a llamarme o venir a mi casa si has estado bebiendo. Tendré que reconsiderar qué hacer, incluso terminar nuestra relación”. En este caso, usted espera que su amiga respete sus límites y esté dispuesta a conseguir ayuda con la bebida pero esa es una elección suya que usted no puede controlar. Usted debe estar dispuesto a mantener en pie lo que dijo que haría y tolerar sus reacciones e incluso arriesgarse a perder su amistad en último caso.Boon y Steele
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