lunes, 13 de febrero de 2017

(La perdida de la alegría, la creatividad y el interés....)

El trauma inyecta en las partes (la personalidad es un conjunto de partes) creencias y emociones que las secuestran de su estadio naturalmente valioso.(los seres humanos nacemos con interés, amor, creatividad, inteligencia,curiosidad, apertura) Por ejemplo, todos tenemos partes que son infantiles y divertidas. 
Cuando nos maltratan, estas son las partes que más se dañan, y se quedan congeladas, sobrellevando el dolor, el terror y la traición de los malos tratos. B.Van der Kolk
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El miedo

El miedo es el asesino de la mente.
El miedo es la pequeña muerte que trae la destrucción total.Ya encararé mi miedo. Le permitiré pasar por encima y a través de mí, giraré para mirar el sendero del miedo.
Donde se ha ido el miedo habrá nada. Solo yo permaneceré. Dune de Frank Herbert

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Las partes disociadas

Las partes infantiles guardan normalmente los recuerdos traumáticos, especialmente los recuerdos de miedo, vergüenza, ira, soledad y añoranza de amor, una razón de peso por la que usted puede haberlas evitado. De vez en cuando tienen recuerdos positivos, reales o imaginados, como si los hubieran guardado a salvo para usted o se hubieran retirado hace mucho tiempo a un mundo de fantasía maravillosa para escapar del dolor de la vida real
Algunas partes pueden vivirse como adolescentes, niños o, incluso, niños muypequeños o bebés. Estas están estancadas en varios periodos del desarrollo temprano del pasado, han sido desterradas de su conciencia o evitadas porque quizá usted haya carecido de la empatía y disposición para afrontarlas. Las edades de las partes
disociadas parecen tener a menudo correlación con las épocas traumatizantes de su infancia.
Las partes disociadas que se viven como niños, a menudo perciben, piensan, sienten, hablan y se comportan más o menos del modo en que los niños lo harían.
En gran medida, los comportamientos, pensamientos, emociones, necesidades y deseos de estas partes constituyen el esfuerzo por conseguir las experiencias normales de desarrollo de la infancia que usted echa de menos, concretamente las referidas al vínculo con una persona que le cuidara. Boon y Steele


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miércoles, 8 de febrero de 2017

El impulso a la vida

Todos los niños quieren vivir, incluso un niño que crece junto a unos padres monstruosos, por eso tiene que creer a toda costa que aquello que ha padecido no constituye toda la verdad. Y, naturalmente hay momentos en los que su violento padre parece cambiar, lo lleva de pesca, por ejemplo, y por unos momentos el niño se siente querido. Cuando después lo utilice como juguete de sus deseos sexuales, tendrá, al fin y al cabo, un buen recuerdo de, por ejemplo, cuando fueron a pescar. Logramos sobrevivir a nuestra infancia de esta forma y la mayoría de las personas intentan vivir sólo con estos recuerdos «positivos», reprimiendo los negativos.
Para el niño pequeño sus padres son como dioses todopoderosos, omniscientes y bondadosos. Siempre. Cuando vive experiencias que contradicen esta imagen, cuando el padre bondadoso le grita o le pega, el niño intenta «explicar» los motivos culpándose a sí mismo para salvaguardar la integridad de esos dioses que necesita para sobrevivir. [..] ¿Qué hacemos entonces con la rabia reprimida? ¿La dirigimos a personas que pertenecen a otras religiones (enemigos) o dejamos que se convierta en enfermedad? Porque no podemos eliminarla, sólo podemos dirigirla a inocentes. Alice Miller


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