miércoles, 3 de junio de 2015

La homeostasis.

Todo estado tiende a quedarse en lo que es . Por eso el hombre se siente inclinado a fijarse, e inmovilizarse en cada forma que alcanza, en cada posición a la que llega. Siempre que la vida se inmoviliza, sin importar dónde ni por qué, va seguido de un endurecimiento, de una esclerosis ,y en el lugar en que se forma en el cuerpo la tensión que mantiene este endurecimiento, nace una barrera que impide progresar en la vida interior.
Detrás de todo apego paralizante , se oculta consciente o no, y con mayor o menor importancia y duración, una fijación del Yo.
Todo el proceso de maduración queda bloqueado cuando un hecho acaecido provoca una sobrecarga afectiva, dando así origen a la fijación de una tensión.
La evolución del hombre en su totalidad se altera, cuando en cualquier recoveco de su persona aparece un bloqueo.
Se ha de considerar, por lo tanto, toda tensión, no como una simple contracción muscular, sino como expresión de desconfianza con respecto a la vida
Anclándose en el Hara (centro vital) es como se logra suprimir esta tensión siempre que se haga presente. Karlfried Graf Durckheim





Facebook: Sebastián Segui (Psicología)



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