Detrás de todo apego paralizante , se oculta consciente o no, y con mayor o menor importancia y duración, una fijación del Yo.
Todo el proceso de maduración queda bloqueado cuando un hecho acaecido provoca una sobrecarga afectiva, dando así origen a la fijación de una tensión.
La evolución del hombre en su totalidad se altera, cuando en cualquier recoveco de su persona aparece un bloqueo.
Se ha de considerar, por lo tanto, toda tensión, no como una simple contracción muscular, sino como expresión de desconfianza con respecto a la vida
Anclándose en el Hara (centro vital) es como se logra suprimir esta tensión siempre que se haga presente. Karlfried Graf Durckheim
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