El veneno de la idealización.
Es el caso, por ejemplo, de una madre profundamente insegura en el plano emocional, que, para mantener su equilibrio sentimental, dependía de un comportamiento determinado o de cierta manera de ser de su hijo. Esta inseguridad podía muy bien quedar oculta, de cara al niño y a todo el entorno, tras una fachada de dureza, autoritarismo e, incluso, totalitarismo. A esto se añadía una asombrosa capacidad del niño para captar y responder con intuición, o sea, también en forma inconsciente, a esta necesidad de la madre o de ambos padres, es decir, para asumir la función que inconscientemente se le encomendaba. De este modo el niño se aseguraba el «amor» de los padres. Sentía que lo necesitaban, y eso daba justificación existencial a su vida. Alice Miller
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