lunes, 28 de septiembre de 2015

Escribamos cartas para Sanar.

(Nuestro adulto tierno y amoroso puede ser el testigo del sufrimiento infantil)

Si le hace bien escribir, intente establecer un diálogo con esa niña pequeña que usted fue y pregúntele cómo se sentía cuando le daban una bofetada (gritos, burlas, sobrenombres, indiferencia,chantajes) ¿Puede recordar todavía por qué la «calentaban» de esa manera? […] Usted puede escribirle a la pequeña niña que un día fue porque ahora puede ser para ella el testigo con conocimiento que tanto ha echado de menos. Cuéntele todo cuanto recuerde, confiésele lo terrible que era y pregúntele cómo se sentía cuando tenía que pedir perdón después de que la azotaran. Revele en este diálogo toda la brutalidad, experimente toda la rabia y permítase reaccionar con espanto a la falta de humanidad. Puede ser que sus síntomas se agudicen durante esta fase de excitación, pero con el tiempo lo más probable es que desaparezcan tan pronto como usted sea capaz de expresar verbalmente su indignación y mantenga la comunicación con esa niña pequeña. Si ella puede comunicarse con usted, ya no necesitará expresarse a través de síntomas corporales, podrá utilizar las palabras que sólo escuchará usted, porque ahora quiere oírlas y está abierta a ello. […] Creo que a través de este diálogo, tal vez, podría conseguir encontrarse con sus propios sentimientos. Y lo creo porque usted expone con mucha claridad que eso es precisamente lo que desea. Alice Miller

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