Los niños son absolutistas. Esta cualidad del pensamiento infantil se manifiesta por una polaridad de "todo o nada". Si no me amas, me odias. No hay términos medios. Si mi padre me abandona, todos los hombres me abandonarán.
Los niños piensan de manera egocéntrica; por ello, personalizan todo.
"Si mi papá no tiene tiempo para atenderme, debe de ser porque no soy bueno, porque hay algo malo en mí." Los niños interpretan así la mayoría de los abusos que sufren.
El egocentrismo es una condición natural de la infancia, no un• indicio de egoísmo moral. Los niños no son plenamente capaces de considerar el punto de vista de otras personas. JOHN BRADSHAW
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