Nunca conocí a una persona adicta exclusivamente a sustancias químicas, pese al hecho de que algunas de éstas provocan adicción rápidamente. Fui testigo de cómo los adolescentes se envician con el crack en sólo dos meses. El actor común que siempre encontré en ellos fue el niño herido que llevaban dentro de sí mismos. Es la inevitable raíz de toda conducta compulsiva adictiva. Lo comprobé cuando dejé de ser un adicto a la bebida. Comía, trabajaba y fumaba compulsivamente debido a las
necesidades insaciables del niño herido que vivía en mi interior. JOHN BRADSHAW
Facebook: Sebastián Segui (Psicología)
desplegar@hotmail.com
No hay comentarios.:
Publicar un comentario