Depresión
La depresión es el precio que el adulto paga por renunciar a sí mismo. Siempre ha tenido que preguntarse qué es lo que los otros necesitan de él y, por esa razón, no sólo descuida sus sentimientos y necesidades más profundas, sino que ni siquiera es capaz de reconocerlas. Pero el cuerpo sí las reconoce e insiste en que la persona experimente sus sentimientos reales y auténticos y se permita expresarlos. Esto que parece tan elemental no lo es para aquellas personas a quienes sus padres utilizaron cuando eran niños para satisfacer sus propias necesidades. […] La depresión no es más que la huída de todos los sentimientos que nos harían revivir las heridas de la infancia. Así, en los afectados se desarrolla un vacío interior. Cuando es necesario evitar a cualquier precio el sufrimiento emocional, en el fondo no queda mucho más con lo que sostener las ganas de vivir. Uno puede rendir de forma extraordinaria en el ámbito intelectual, pero en su interior estará simplemente sobreviviendo, como un niño que no ha madurado en el terreno emocional. Alice Miller
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