Un tope enfrentado por muchos individuos producto de familias
narcisistas es su abrumadora necesidad de validación externa.
A menudo estos individuos son capaces de compensar esta necesidad al involucrarse en situaciones que les redituarán validación. Por ejemplo, un periodista verá sus palabras impresas, los profesores de jardín de niños recibirán abrazos y besos por su trabajo, un sacerdote o pastor tendrá una audiencia cada Domingo por la mañana, los profesores universitarios tendrán la adulación y admiración de sus alumnos, y los terapeutas y médicos verán cómo sus palabras son tratadas como si fueran la Biblia y obedientemente se llevarán a cabo por sus pacientes.
Si la competencia es la única manera que el individuo conoce para probar a otros y a si mismo su valía, entonces debe, por definición, llevar a cabo tareas. Por tanto siempre debe haber más cursos qué
tomar, más grados académicos qué obtener, más trabajos dónde servir de voluntario, más equipos de Ligas Pequeñas qué entrenar, más galletas qué cocinar, más clientes qué firmar, más almas qué salvar, y mas y mas. Las raíces de esta adicción al trabajo se encuentran en los hogares narcisistas; "Hago, por tanto soy" podría ser el eslogan de muchos adultos niños de estos hogares.
A menudo estos individuos son capaces de compensar esta necesidad al involucrarse en situaciones que les redituarán validación. Por ejemplo, un periodista verá sus palabras impresas, los profesores de jardín de niños recibirán abrazos y besos por su trabajo, un sacerdote o pastor tendrá una audiencia cada Domingo por la mañana, los profesores universitarios tendrán la adulación y admiración de sus alumnos, y los terapeutas y médicos verán cómo sus palabras son tratadas como si fueran la Biblia y obedientemente se llevarán a cabo por sus pacientes.
Si la competencia es la única manera que el individuo conoce para probar a otros y a si mismo su valía, entonces debe, por definición, llevar a cabo tareas. Por tanto siempre debe haber más cursos qué
tomar, más grados académicos qué obtener, más trabajos dónde servir de voluntario, más equipos de Ligas Pequeñas qué entrenar, más galletas qué cocinar, más clientes qué firmar, más almas qué salvar, y mas y mas. Las raíces de esta adicción al trabajo se encuentran en los hogares narcisistas; "Hago, por tanto soy" podría ser el eslogan de muchos adultos niños de estos hogares.
Obviamente, esta necesidad de validación externa como una compensación a la baja autoestima puede causar problemas en el trabajo. La arena donde más comúnmente es un problema, sin embargo, es en la de las relaciones interpersonales. Pocos de nosotros desposamos animadoras (cheerleaders), y aún la esposa de un sobreviviente a menudo siente que ese es el rol que se espera de ella. El sobreviviente tiene gran dificultad en toda situación donde no tiene una total aprobación y apoyo. Esto puede ser una onerosa carga para la esposa, pareja o hijo del individuo, ya que rara vez aprobamos la totalidad de sus acciones, palabras e ideas. Esto es doblemente complejo, ya que la persona tal vez tenga problemas para discriminar entre la crítica (falta de aprobación) a sus acciones y la crítica a su persona. El corolario "Hago, por tanto Soy" es "Desapruebas lo que hago, desapruebas a mi persona".S Donaldson-Pressman, R M. Pressman
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