Por tanto, concluimos que el estudio de las conductas del mamífero, el mono, el simio y el humano muestra con claridad que el tacto es una necesidad conductual básica, como respirar es una necesidad física básica; que el lactante dependiente está concebido para crecer y desarrollarse socialmente a través del contacto, la conducta táctil, y para mantener contacto con otros a lo largo de su vida. Es más, si la necesidad táctil no se satisface, da como resultado una conducta anormal. Ashley Montagu
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