Los mejores timadores consiguen que la víctima quiera participar.
Kelly no reconoció conscientemente lo que su intuición sabía con claridad, de modo que no pudo aplicar una simple defensa ante su asociación forzada (manipulación del agresor), que consiste en negarse explícitamente a aceptar el concepto de colaboración “No le he pedido ayuda y no quiero”. Como muchas de las mejores defensas, el coste de ésta es parecer antipático.
Kelly ahora sabe que el precio es bajo, en términos comparativos.
La asociación forzada se lleva a cabo en muchos contextos y por muchos motivos, pero cuando un desconocido la aplica con una mujer en una situación vulnerable para ella (como, por ejemplo, a solas en un lugar apartado o poco habitado), es siempre una conducta inapropiada.
No tiene que ver con la colaboración o la coincidencia, lo que busca el agresor es establecer cierta sintonía (se aprovecha de la empatía) y eso puede o no ser correcto, según el porqué de que alguien busque esa sintonía.
El criminal predador hace todo lo que puede para que esa carrera armamentística parezca un relajamiento de las tensiones. “Era tan agradable” es un comentario que oigo a menudo a las personas que describen al hombre que, momentos o meses después de sus cortesías, les atacó. La amabilidad es una decisión, una estrategia de interación social; no un rasgo del carácter. La gente que pretende controlar a los demás casi siempre presenta la imagen de una persona agradable al principio. Al igual que sucede con la creación de sintonía, el encanto y la sonrisa engañosa, la amabilidad no solicitada responde a menudo a un motivo que se puede descubrir. Gavin de Becker
Kelly ahora sabe que el precio es bajo, en términos comparativos.
La asociación forzada se lleva a cabo en muchos contextos y por muchos motivos, pero cuando un desconocido la aplica con una mujer en una situación vulnerable para ella (como, por ejemplo, a solas en un lugar apartado o poco habitado), es siempre una conducta inapropiada.
No tiene que ver con la colaboración o la coincidencia, lo que busca el agresor es establecer cierta sintonía (se aprovecha de la empatía) y eso puede o no ser correcto, según el porqué de que alguien busque esa sintonía.
El criminal predador hace todo lo que puede para que esa carrera armamentística parezca un relajamiento de las tensiones. “Era tan agradable” es un comentario que oigo a menudo a las personas que describen al hombre que, momentos o meses después de sus cortesías, les atacó. La amabilidad es una decisión, una estrategia de interación social; no un rasgo del carácter. La gente que pretende controlar a los demás casi siempre presenta la imagen de una persona agradable al principio. Al igual que sucede con la creación de sintonía, el encanto y la sonrisa engañosa, la amabilidad no solicitada responde a menudo a un motivo que se puede descubrir. Gavin de Becker
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