Como estos mensajes tienen una trabazón tan sólida; si los hijos adultos de padres competitivos consiguen arreglárselas para destacar en algo. Cuanto más éxito tienen, más desdichados se sienten, y es frecuente que eso los lleve a sabotear sus propios éxitos. Para los hijos adultos de este tipo de «incapacitados», el precio que pagan por mantener cierta paz interior es quedarse eternamente por debajo de sus potencialidades. Controlan su sentimiento de culpa auto limitándose inconscientemente para no ir más allá de donde llegaron sus padres, y así, en cierto sentido, cumplen las profecías negativas de aquéllos. SUSAN FORWARD
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