miércoles, 2 de marzo de 2016

La angustia

Una vez restimulada, la grabación de angustia domina el comportamiento de la persona y la obliga a intentar revivir la experiencia original de angustia.
La nueva experiencia que nos “recuerda demasiado” a alguna experiencia anterior de angustia, y que de esta manera nos somete a ser manejados por una grabación del pasado, puede ser en sí una experiencia de angustia. Puede contener acontecimientos intrínsecamente angustiantes para nosotros.
Estos mismos acontecimientos podrían constituir el nexo de similitud entre ambas experiencias. Sin embargo, la nueva experiencia no tiene necesariamente que ser angustiosa para tener este efecto.
Todo lo que se requiere es que se parezca lo suficientemente similar en diversas formas; que “huela” como una vieja experiencia, que tenga elementos comunes como las mismas voces, colores, rasgos. Cuando este requisito se cumple sentimientos de angustia del pasado, indistinguibles de los sentimientos que siente la persona en el presente, son provistos por la grabación restimulante. Entonces, la experiencia presente es sentida y nos afecta como si fuera angustiante, aunque su contenido real sea perfectamente inocuo.
Bajo el yugo de la grabación de angustia restimulada la persona dice insensateces, actúa equivocadamente y sin éxito, y sufre sentimientos terribles que no tienen conexión lógica alguna con lo que realmente está ocurriendo. Harvey Jackins



Facebook: Sebastián Segui (Psicología)


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