viernes, 4 de marzo de 2016

«No quiero vivir, no puedo vivir sin mi marido (mi mujer, mi amiga, mi amigo). Lo quiero muchísimo».

Cuando yo respondo, como frecuentemente hago: «Está usted en un error, usted no quiere a esa persona», me replican con ira: «¿Cómo? Ya le he dicho que no puedo vivir sin él (o sin ella)».
Entonces trato de explicarme: «Lo que usted describe es parasitismo, no amor. Cuando usted necesita a otro individuo para vivir, usted es un parásito de ese individuo. En esa relación no hay libertad, no hay elección. Es una cuestión de necesidades antes que de amor. El amor es el libre ejercicio de la facultad de elegir. Dos personas se aman cuando, siendo capaces de vivir la una sin la otra, deciden vivir juntas».M. Scott Peck


Facebook: Sebastián Segui (Psicología)


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