viernes, 20 de marzo de 2015

Las etiquetas infantiles

Por lo tanto, una persona puede pasar su infancia llevando de un lado a otro la etiqueta «Soy malo, soy tonto, soy insoportable, soy una carga» y, si su entorno parece confirmar esta opinión, nunca tendrá la ocasión de corregirse. Las etiquetas las ponen los padres e incluyen todo aquello que no soportan del hijo. Y eso que no soportan es precisamente lo que podría evocar sus propios recuerdos traumáticos. Pero el hijo no tiene por qué sentirse prisionero de esas imputaciones. Basta con un profesor que le ayude a cuestionarlas. Alice Miller



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