miércoles, 8 de julio de 2015

¿Conviviste con personas difíciles en tu niñez?

¿Notaste una parte de vos despiadada y crítica frente a tu progreso?
El agente atacante y extraño entra por primera vez en nuestra realidad cuando somos bebés y necesitamos el amor de nuestros padres. Si son críticos y narcisistas, su mirada desaprobatoria y su boca enfadada comienzan a herirnos desde adentro. A medida que crecemos, el introyecto negativo nos impone estados limitantes con los cuales nuestro ser está en desacuerdo, pero está acorralado y es su prisionero. El introyecto quiere tener el mando, y contrariamente a una consciencia que conduce a una comodidad razonable, él le quita seguridad al ser. A pesar de su efecto negativo, una idea infantil de que esto puede conducir al amor nos mantiene atados los unos a los otros. De niños, el amor de nuestros padres tardaba en llegar, pero no conocíamos ninguna otra manera de obtenerlo. (el amor se transforma en chantaje continuo) (o confundimos fácilmente la crueldad con amor, acaso no son lo mismo? acaso no todos los padres aman a sus hijos?) E Golomb
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(Antes de perdonar y agradecer, por la pruebas difíciles que la vida te puso para forjar el filo de quien sos, es importante sanar sin restricciones, liberarnos del sufrimiento reprimido, suavizar las defensas construidas y su efecto inhibitorio , y conocernos en profundidad, luego,el perdón llega por sí mismo igual sucede con la compasión, no hay que inventar nada artificial, ningún debería social o religioso, se da naturalmente luego de una verdadera confrontación con la verdad , si lo hacemos a la inversa evitamos sufrir y postergamos nuestro desarrollo verdadero, el perdón sería entonces en ese caso una máscara para evitar sufrir)


  Facebook: Sebastián Segui (Psicología)



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