Estoy dolido. No hay nadie ahí afuera que me cuide realmente. Cada vez que me permito tener sentimientos, salgo herido. No quiero sentir. No sentiré. No tengo sentimientos. Si no puedo sentir, no estoy. No estoy, pero puedo observar y adaptarme. Puedo perderme, y ser el que tenga que ser para sobrevivir. Entonces podré tener una relación. Tengo una relación, pero no puedo confiar en ella (tal vez me hiera), y no puedo confiar en mi (no estoy). Así que no puedo dejar que se acerque demasiado; tal vez descubra que no estoy. Para protegerme, entonces, a pesar de ansiarlo desesperadamente, no puedo tener una relación amistosa e íntima. Así que saboteo la relación. Pierdo mi relación. Esto es doloroso (y el ciclo se repite). Stephanie Donaldson-Pressman, Robert M. Pressman
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