Pararse y sostenerse a sí mismo
En realidad, la terapia de Kathy estaba todavía en sus fases iniciales. El verdadero terror que sentía día tras día todavía estaba presente. El terror de ser realmente ella misma. Al reconocer que su madre la había dominado por completo, Kathy tuvo que afrontar el interrogante de por qué había permitido que sucediera. Al rechazar el dominio de su madre, Kathy debía establecer sus propios valores y tomar sus propias decisiones, lo cual le imponía mucho temor. Era más seguro dejar que su madre tomara las decisiones; mucho más sencillo adoptar sus valores y los de la Iglesia. Dirigir ella misma su propia existencia requería mucho más trabajo. Más adelante diría: —Fíjese, por nada del mundo me volvería a ser la persona que era antes y, sin embargo, a veces añoro aquellos días. Mi vida era más fácil entonces. Por lo menos, en cierto modo. M. Scott Peck
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