jueves, 22 de octubre de 2015

La soledad

Cuando nuestro niño interior está herido nos sentimos vacíos y deprimidos. es irreal; estamos allí, pero no participamos de ella. 
Este vacío conduce a la soledad. Como nunca somos en realidad 
nosotros, nunca estamos verdaderamente presentes. Y aunque la gente nos admire y se aferre a nosotros, nos sentimos solos. Yo me sentí así la mayor parte de mi vida. 
Siempre me las arreglé para ser el líder del grupo al que perteneciera. 
Tenía gente alrededor, admirándome y elogiándome.
Sin embargo,nunca me sentí verdaderamente vinculado a alguno de ellos. JOHN BRADSHAW





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