viernes, 6 de mayo de 2016

No hay atajos

"debemos poseer algo o haber alcanzado algo para poder renunciar a ello conservando sin embargo nuestra capacidad y competencia. El pequeño que no tiene establecidos todavía los límites de su yo, puede tener un contacto más íntimo con la realidad que sus padres,pero es incapaz de sobrevivir sin el cuidado de éstos y es incapaz de comunicar sus pensamientos. El camino que conduce a
la santidad pasa a través de la edad adulta. Aquí no hay atajos rápidos ni sencillos. Los límites del yo deben consolidarse y endurecerse primero. Es preciso que se establezca una identidad para poder trascenderla. Uno debe encontrar su propio yo antes de poder perderlo. La eliminación transitoria de los  Límites del yo que se produce al enamorarnos, al practicar el acto sexual o al consumir ciertas sustancias psicoactivas puede darnos un atisbo del nirvana, pero no el nirvana mismo. Una de
las tesis de este libro es la de que el nirvana, la iluminación duradera o el verdadero desarrollo espiritual pueden alcanzarse sólo en virtud del ejercicio persistente del amor real. M. Scott Peck



Facebook: Sebastián Segui (Psicología)


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