"Se acaban los abrazos y las caricias con los jóvenes. El afecto es una parte indispensable en las relaciones y la confianza entre nosotros y nuestros jóvenes. Los hábitos culturales y los temores que no nos permiten ser afectuosos con los adolescentes crean una soledad e inseguridad que puede ser agobiadora. Si no puede ser afectuoso con los miembros de su propia familia o con sus amigos, a un adolescente que está hambriento de cercanía, el camino que le queda posiblemente sea el de las relaciones sexuales, el abuso de alcohol o la violencia. Y, como ya lo sabemos tan bien, en estos días las relaciones sexuales vienen envueltas en mucha confusión, peligros y desesperación. Pagamos un alto precio por el hábito de negarle a nuestros adolescentes el cariño, los besos, los abrazos y el juego que les dábamos cuando eran niños. De hecho, perdemos contacto con ellos y ellos pierden la evidencia concreta de que todavía los amamos” Patty Wipfler
Agregaría que dar afecto, caricias y abrazos no es intromisión en la intimidad de la otra persona,no se trata de dar afecto cuando yo tengo necesidades de afecto únicamente, sino también de estar disponible y abierto a las necesidades de afecto de nuestros hijos adolescentes, respetando sus formas y tiempos, el verdadero afecto implica respetar los límites y las necesidades del otro.
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