Cuando uno descubre posteriormente este residuo en el comportamiento y sentimientos de una persona, la impresión que uno recibe es de una rigidez congelada y absurda.
A menos que el observador entienda el proceso de acumulación de dicho residuo, el mismo es incomprensible.
En otras palabras, este almacenamiento erróneo se comporta como si fuese una cicatriz rígida en lo que era una superficie flexible.
La información proveniente de una experiencia de angustia no se halla disponible en unidades pequeñas, sino liada toda junta en un gran paquete. Cuando esta información es rescatada se presenta aglutinada, no evaluada ni comprendida. HARVEY JACKINS
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