Mientras que su niño llora o hace un berrinche, le necesita a usted muy cerca de él. Necesita sentir sus caricias y ver su mirada atenta. Necesita la seguridad que usted le puede dar mientras que él vuelve a pensar de nuevo. (la angustia dificulta el pensar) También necesita que le hable un poco: (no necesita sermones o discursos) puede decirle que usted está contento de estar con él, que usted le va a proteger, que lo siente porque algo no fue bien. Aunque parezca raro, el cariño en sus palabras y cercanía probablemente le harán llorar más fuerte o intensificar su berrinche. Esto se debe a que cuando un niño siente la seguridad, más posibilidades tiene de desahogar los sentimientos dolorosos. Tal vez sea la atención relajada (presencia amorosa) que usted provee lo que le hace saber que la herida realmente ya no está y llora más fuerte en señal de alivio. (descarga y libera) Patty Wipfler
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Con nosotros los adultos el proceso es igual, la diferencia es que nosotros nos aliamos con el niño que antaño sufrió y permitimos que exprese lo que sintió y reprimió, nosotros no nos juzgamos ni nos criticamos por sentir lo que sentimos simplemente abrazamos con compasión lo que aparece. Y por supuesto propiciamos la apertura gradual incondicional. No existe un proceso rápido! Es un mito creer en lo instantáneo y mágico… Aparte usted pasó muchas horas y días aprendiendo un falso yo en un momento de extrema vulnerabilidad.
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