No se equivoque, el perdón y la afirmación no son la misma cosa. Afirmar es una manera de evitar mirar el mal. Es decir: “Bueno, sí, mi padrastro abusaba de mí cuando yo era niña, pero eso era parte de su debilidad humana porque a él también lo lastimaron en su infancia”. Perdonar, por otra parte, requiere enfrentar el mal con decisión. Es decir a su padrastro: “Lo que hiciste estuvo mal, a pesar de las razones que pudieras haber tenido. Cometiste un crimen conmigo. Soy consciente de ello, pero de todos modos, te perdono”. Eso no es ni remotamente fácil. Perdonar de verdad constituye un proceso duro y penoso, pero es absolutamente necesario para la salud mental. Peck Scott
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