Ser psicoterapeuta —y hacer psicoterapia— significa esencialmente trabajar con uno mismo.[..]

O sea que afirmaría que la característica esencial del desarrollo, de un psicoterapeuta es su capacidad de trabajar consigo mismo. 
¿Pero trabajar en qué? Si él —o ella— no cree estar en un viaje espiritual, pienso que el trabajo se restringirá a una mera tarea intelectual probablemente árida . Por otra parte, si logra aceptar, abrazar, la idea de que se encuentra en un viaje espiritual,
entonces hay muchas posibilidades de que esa tarea personal sea rica y gratificante no sólo para el terapeuta sino para sus pacientes.[...] Pero el resultado general, creo, es que su viaje será más fructífero tanto para él como para sus pacientes. A la inversa, si el psicoterapeuta niega poseer una vida espiritual, sospecho que su propio desarrollo será limitado y también el de sus pacientes. Peck Scott

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