miércoles, 30 de septiembre de 2015

martes, 29 de septiembre de 2015

Hacerse daño a uno mismo, desde lo más grosero y evidente a lo más sutil.

Reproducir en nosotros mismos los abusos sufridos en el pasado se denomina "representación interior". Nos castigamos a nosotros mismos en la forma en que nos reprimían en la infancia. Conozca a un hombre que se castiga a sí mismo siempre que comete un error. Se hace reproches tales como: "Idiota, cómo puedes ser tan torpe". En varias ocasiones lo he visto golpearse en la cara con el puño (su madre lo golpeaba en el rostro con el puño, cuando él era niño). 
La emoción que no se liberó en el pasado a menudo se vuelve contra uno. 'Por ejemplo, a Joe nunca le permitieron expresar su ira cuando era niño. Sentía mucha rabia contra su madre porque ésta nunca le permitía hacer nada solo. Cuando empezaba a hacer algo, llegaba ella y le decía alguna frase como: "Mamá necesita ayudar a su pequeño perezoso", o "Lo estás haciendo bien, pero mamá te ayudará". Joe relató que, aun siendo adulto, ella hacía cosas por él. Joe aprendió a ser obediente y desde pequeño supo que expresar la ira era pecado. De este modo, encauzo hacia su interior toda la rabia que generaba. El resultado fue que se sentía deprimido, apático, Inepto e Incapaz de realizar las metas de su Vida.
La energía emocional que no fluye hacia el ex tenor puede causar graves problemas físicos incluyendo desórdenes intestinales, dolores de cabeza, dolor de espalda y de cuello, severa tensión muscular, artritis, asma, ataques cardíacos y cáncer. Ser propenso a los accidentes es otra forma de
representación interior. Uno se inflige castigo a sí mismo mediante los
accidentes. JOHN BRADSHAW

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lunes, 28 de septiembre de 2015

Escribamos cartas para Sanar.

(Nuestro adulto tierno y amoroso puede ser el testigo del sufrimiento infantil)

Si le hace bien escribir, intente establecer un diálogo con esa niña pequeña que usted fue y pregúntele cómo se sentía cuando le daban una bofetada (gritos, burlas, sobrenombres, indiferencia,chantajes) ¿Puede recordar todavía por qué la «calentaban» de esa manera? […] Usted puede escribirle a la pequeña niña que un día fue porque ahora puede ser para ella el testigo con conocimiento que tanto ha echado de menos. Cuéntele todo cuanto recuerde, confiésele lo terrible que era y pregúntele cómo se sentía cuando tenía que pedir perdón después de que la azotaran. Revele en este diálogo toda la brutalidad, experimente toda la rabia y permítase reaccionar con espanto a la falta de humanidad. Puede ser que sus síntomas se agudicen durante esta fase de excitación, pero con el tiempo lo más probable es que desaparezcan tan pronto como usted sea capaz de expresar verbalmente su indignación y mantenga la comunicación con esa niña pequeña. Si ella puede comunicarse con usted, ya no necesitará expresarse a través de síntomas corporales, podrá utilizar las palabras que sólo escuchará usted, porque ahora quiere oírlas y está abierta a ello. […] Creo que a través de este diálogo, tal vez, podría conseguir encontrarse con sus propios sentimientos. Y lo creo porque usted expone con mucha claridad que eso es precisamente lo que desea. Alice Miller

viernes, 25 de septiembre de 2015

La experiencia, la única real.

Sin la meditación usted está ciego y sordo. El Dharma no puede ser observado con facilidad. Usted debe meditar para ver lo que nunca ha visto. 
¿Nació maestro? No.
Primero debe estudiar. 
Un limón es ácido sólo cuando lo ha probado. No Ajahn Chah
(la idea del limón en la mente genera salivación como antaño el perro del experimento conductísta salivaba, sin embargo que distingue lo real de la idea? si bien en el cerebro la idea y la cosa son lo mismo, un estímulo eléctrico, qué es lo real sino una experiencia sentida, vívida, única, indescriptible, siempre nueva, renovada. Si no es así estamos ante la presencia de lo viejo, de una activación neuronal, un pasado muerto. Nuestras relaciones pueden oscilar entre la imagen que tenemos del otro o ver de verdad al otro, el intento de captar, incorporar, poner en palabras empobrece cualquier experiencia, sin embargo qué valor tiene algo que no se puede compartir? las palabras son puentes y también muros... en ese camino de tensión andamos los humanos. Observe la foto)


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jueves, 24 de septiembre de 2015

Procesamiento del trauma

Por desgracia las experiencias perturbadoras, ya sean grandes traumas u otro tipo de acontecimientos ofensivos pueden colapsar el sistema.
Cuando esto sucede, la intensa perturbación emocional y física causada por la situación impide al sistema de procesamiento de la información hacer las conexiones internas necesarias para llevarla a una resolución.
En vez de esto, el recuerdo de la situación se almacena en el cerebro tal y como lo has experimentado(con recuerdos que irrumpen o con amnesia total). Lo que viste y sentiste, la imagen, las emociones, las sensaciones físicas y los pensamientos se codifican en la memoria en su forma original, sin procesar. Así, cada vez que ves al compañero de trabajo con el que discutiste, en lugar de ser capaz de tener una charla tranquila, la ira o el miedo vuelven de golpe. Puedes tratar de manejar tus sentimientos de autoconservación, pero cada vez que aparece la persona, tu angustia aumenta. Shapiro



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miércoles, 23 de septiembre de 2015

Algo es absorbido desde dentro, una sensación de vacío en el corazón.

El niño herido de la infancia también contamina la vida adulta con una ligera depresión crónica experimentada como un vacío, la depresión es el resultado de que el niño tenga que adoptar un yo falso, dejando atrás su verdadero yo. Este abandono del verdadero ser equivale a dejar un hueco en el interior de uno mismo. Me he referido a esto como el fenómeno del "agujero en el alma". Cuando una persona pierde su yo auténtico, pierde contacto con sus verdaderos sentimientos, necesidades y deseos. Lo que experimenta, en cambio, son los sentimientos requeridos por el falso yo.
Por ejemplo, "ser agradable" es un componente común del falso yo.
Una "mujer agradable" nunca expresa ira o frustración.
Tener un falso yo es actuar la vida. El verdadero yo nunca está presente (como si) JOHN BRADSHAW



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martes, 22 de septiembre de 2015

Transformación

«Se dirigió entonces hacia ellos, con la cabeza baja, para hacerles ver que estaba dispuesto a morir. Y entonces vio su reflejo en el agua:el patito feo se había transformado en un soberbio cisne blanco... »
Hans Christian Andersen (1805-1875) El patito feo





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lunes, 21 de septiembre de 2015

El niño maltratado por sus padres aprende lo que es la violencia a través del comportamiento de éstos.

Es una verdad indiscutible que cualquier maestra de educación infantil podría confirmar si mirase libremente a su alrededor: el niño que sufre maltrato en el hogar pega a los más débiles en la guardería y en casa. Allí se le castigará por pegar al hermano pequeño y entonces dejará de comprender cómo funciona el mundo. Al fin y al cabo, ¿no es eso lo que ha aprendido de sus padres? Así, muy pronto surge un desconcierto que evolucionará en trastorno y el niño comenzará a recibir terapia. Pero nadie se atreve a buscar las raíces de este trastorno a pesar de que no sería tan difícil encontrarlas. 
Ni siquiera los terapeutas más capacitados pueden neutralizar esta soledad, pues, deseosos de proteger a los padres, retrasan de forma indefinida integrar las heridas de los primeros años en sus reflexiones. Y si bien este tema no debería nunca surgir con el niño, que, atemorizado, esperaría de inmediato el castigo de sus padres, el terapeuta sí debería trabajar con los padres y explicarles por qué abordar esta cuestión en una conversación podría resultar liberador para ellos y parta el niño.
Seguramente no todos los padres aceptarán esta sugerencia por mucho que el terapeuta la recomiende. Algunos puede que se burlen de la idea y piensen que el terapeuta es un ingenuo que no sabe lo astutos que son los niños y de cómo, con toda seguridad, se aprovecharán de la buena voluntad de los padres. Uno no debería sorprenderse ante tales reacciones, porque la mayoría de los padres ve a sus propios padres en sus hijos y tienen miedo de reconocer un error, pues antaño cualquier error por su parte habría tenido como consecuencia duros castigos. Así se aferran desesperadamente a la máscara de la perfección y no permiten que nadie les dé lecciones.
Pero a mí me gusta pensar que no todos los padres son así de orgullosos y sabelotodo. Creo que, a pesar de este miedo, habría muchos padres que renunciarían con gusto a este juego de poder, pues hace mucho tiempo que querrían haber ayudado a sus hijos pero hasta ahora no sabían cómo porque temían hablarles con franqueza. Probablemente, estos padres se decidirán con mayor facilidad a mantener una conversación sincera con sus hijos sobre el «secreto» y, a través de las reacciones del niño, ellos mismos podrán descubrir los efectos positivos de revelar la verdad. Además podrán constatar entonces lo inútiles que resultan los valores predicados desde el pedestal de la autoridad porque los dota de credibilidad Evidentemente, el niño necesita tal autoridad para orientarse en el mundo. Un niño a quien se le dice la verdad y se le educa a no tolerar la mentira y la brutalidad se desarrollará libremente, como una planta cuyas raíces no serán devoradas por los gusanos (por las mentiras). Alice Miller




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viernes, 18 de septiembre de 2015

Amar más allá de los límites

Sólo cuando se avanza hacia lo desconocido y se llega al auténtico desarrollo de la propia personalidad, de la independencia psicológica y de la individualidad única, se tiene la libertad de elevarse espiritualmente y de manifestar el amor en sus máximas dimensiones. M. Scott Peck





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Juntos pero no revueltos

Las personas que buscan la unión con otras porque se sienten acobardadas ante su soledad, no pueden formar matrimonios sólidos. El verdadero amor no sólo respeta la individualidad del otro, sino que tiende a cultivarla, aun corriendo el riesgo de la separación o de la pérdida.
La última meta de la vida es siempre el desarrollo espiritual del individuo, su periplo solitario hacia los picos a los que únicamente puede llegar si está solo. M. Scott Peck


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jueves, 17 de septiembre de 2015

¿Sentís que hay algo malo, inadecuado, vergonzoso en vos?

El gran psicólogo del desarrollo Jean Piaget llamó a los niños "extraños cognoscitivos". No piensan como los adultos. 
Los niños son absolutistas. Esta cualidad del pensamiento infantil se manifiesta por una polaridad de "todo o nada". Si no me amas, me odias. No hay términos medios. Si mi padre me abandona, todos los hombres me abandonarán.
Los niños piensan de manera egocéntrica; por ello, personalizan todo.
"Si mi papá no tiene tiempo para atenderme, debe de ser porque no soy bueno, porque hay algo malo en mí."  Los niños interpretan así la mayoría de los abusos que sufren.
El egocentrismo es una condición natural de la infancia, no un• indicio de egoísmo moral. Los niños no son plenamente capaces de considerar el punto de vista de otras personas. JOHN BRADSHAW



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miércoles, 16 de septiembre de 2015

Morir y renacer. El movimiento del cambio vital.

Para desarrollar una idea nueva, un concepto nuevo, una nueva teoría, es menester que muera una idea antigua, un concepto viejo, una vieja teoría. Lo cierto es que esta vida es una sucesión de renacimientos y muertes simultáneos. «Nos pasamos la vida entera aprendiendo a vivir •—dijo Séneca hace dos milenios—, pero más sorprendente es que también dediquemos toda la vida a aprender
a morir.». También es evidente que cuanto más avanza uno por el camino de la vida, más nacimientos experimentará y, por lo tanto, más muertes, más alegrías y más dolores. M. Scott Peck




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