miércoles, 23 de diciembre de 2015

las experiencias de angustia nos dañan si no hacemos algo

No podemos pensar inteligentemente cuando estamos angustiados.
Desde luego, esto constituye una desventaja. Preferiríamos tener nuestra inteligencia presente y disponible durante experiencias angustiosas.
Sin embargo, esta pérdida temporal de inteligencia constituye el principio del daño. Algo aun más serio e importante sucede. 
Incluso cuando la “maquinaria pensante” se encuentra cerrada e inoperante durante la experiencia de angustia, el flujo de información proveniente del ambiente se ve poco o nada disminuido y continúa ingresando.
La información sigue entrando a la persona angustiada y “no-pensante” en gran volumen a través de los sentidos de la visión, audición, tacto, etc.
El ingreso de información durante la experiencia de angustia se almacena o, más correcto, se almacena erróneamente, en forma contraria a lo que ocurre usualmente cuando asimilamos el ingreso de información durante experiencias no angustiantes.
La información proveniente de una buena experiencia se convierte en una reserva de datos útiles, que podemos utilizar para enfrentar o manejar la experiencia siguiente más “sabiamente”. HARVEY JACKINS


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martes, 22 de diciembre de 2015

¿Cómo somos inherentemente los humanos?

Una vasta inteligencia, disfrutar plenamente de la vida, tener relaciones afectuosas y cooperativas con los demás, tales parecen constituir la ¨naturaleza¨ humana esencial.
Todo el resto del comportamiento y sentir humano, aparte de estas tres características innatas y sus resultados, es adquirido, no es inherente, y es resultado de que algo ha funcionado mal.
Todos los errores recurrentes, todos los fracasos en el buen manejo de nuestra situación ambiental, todos los sentimientos terribles que acosan a los adultos casi todo el tiempo, todas las tristes relaciones comunes entre los miembros de nuestra sociedad, todas se originan en la misma y única raíz.
Algo nos lastima. Simplemente eso, algo nos lastima.
Muy temprano en la vida por primera vez, y repetidamente después, nos encontramos con experiencias angustiosas.
Cuando nos encontramos con la angustia, ya sea de tipo físico (dolor, enfermedad, desmayo, anestesia, sedantes, incomodidad aguda, etc.), o de tipo emocional (la pérdida de alguien querido, miedo, frustración, ridículo, aburrimiento, etc.) un efecto peculiar tiene lugar.
Durante la lastimadura, física o emocional, nuestra inteligencia humana flexible deja de funcionar.
La habilidad esencial de nuestra humanidad, nuestra habilidad de poder ver exactamente las cosas como son y de poder crear respuestas exactas y nuevas para enfrentar toda nueva situación se torna lenta o inoperante. HARVEY JACKINS


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lunes, 21 de diciembre de 2015

Todo el potencial por cuidar y desarrollar

Aquel individuo que funciona extraordinariamente bien comparado con el resto de nosotros, y a quien llamamos “genio” debido a nuestra admiración y respeto, no es alguien dotado con una dosis extra de inteligencia cuando al resto de nosotros “nos escondieron detrás de una puerta”.
Parece mas bien que este “genio”, bajo circunstancias favorables, pudo preservar parte considerable de su inteligencia flexible funcionando mientras que todos a su alrededor sufrían inhibiciones o interferencias. HARVEY JACKINS




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viernes, 18 de diciembre de 2015

Los sueños en psicoterapia

Precisamente porque los sueños suelen ser tan útiles, su análisis constituye, por lo general, una parte importante del trabajo de los psicoterapeutas. Debo confesar que hay muchos sueños cuyo significado se me escapa por completo y que a veces uno, de mal humor, desea que el inconsciente tenga la decencia de expresarse en un lenguaje más claro. Sin embargo, cuando logramos traducir los sueños, el mensaje siempre parece destinado a impulsar nuestro desarrollo espiritual. Según mi experiencia, los sueños que pueden interpretarse facilitan información útil al que sueña, y esta ayuda se presenta en muy variadas formas: como advertencia de peligros personales; como orientación que permite solucionar problemas que parecían insolubles;como aviso ante nuestras equivocaciones no reconocidas; como acicate, cuando estamos ante la elección correcta pero no estamos seguros de que sea así; como fuente de información sobre nosotros mismos; como guía, cuando nos sentimos perdidos, y como instrumento revelador del camino que debemos recorrer cuando nos sentimos desorientados.M. Scott Peck


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jueves, 17 de diciembre de 2015

No hay nada más profundo que la piel

La piel, sobre todo en el rostro, recoge los sufrimientos y los triunfos de la vida, lleva consigo su propia memoria de experiencia. Ashley Montagu


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La caricia una necesidad humana

En pocas palabras, es posible que se haya producido un desarrollo evolutivo desde el lamer, pasando por el acicalamiento con los dientes (practicado por los lémures) y con los dedos, hasta las caricias, como en el chimpancé, el gorila y el Homo sapiens; por consiguiente, para la cría de la especie humana, la caricia es una forma de experiencia tan importante como lo es el hecho de lamer para otras crías de mamífero.
Por tanto, concluimos que el estudio de las conductas del mamífero, el mono, el simio y el humano muestra con claridad que el tacto es una necesidad conductual básica, como respirar es una necesidad física básica; que el lactante dependiente está concebido para crecer y desarrollarse socialmente a través del contacto, la conducta táctil, y para mantener contacto con otros a lo largo de su vida. Es más, si la necesidad táctil no se satisface, da como resultado una conducta anormal. Ashley Montagu


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miércoles, 16 de diciembre de 2015

¿QUÉ NOS HACEN ESTOS PADRES TÓXICOS?

Independientemente de que cuando eran pequeños los hayan golpeado o dejado demasiado tiempo solos, de que hayan abusado sexualmente de ellos o los hayan tratado como tontos, los hayan sobreprotegido o abrumado con sentimientos de culpa, casi todos los hijos adultos de estos padres sufren síntomas sorprendentemente similares: disminución de su autoestima, que los empuja a un comportamiento autodestructivo. De una manera o de otra, casi todos ellos se sienten indignos, no queridos e inadecuados.
Estos sentimientos derivan en gran medida de que los hijos de tales padres se culpan -consciente o inconscientemente- a sí mismos de los malos tratos que reciben. Para un niño indefenso y dependiente es más fácil sentirse culpable de haber hecho algo «malo», que atrae sobre el la cólera de papá, que aceptar el hecho aterrador de que no se puede confiar en papá, el protector.
Cuando esos niños llegan a la edad adulta, siguen soportando esa carga de inadecuación y culpa, que les hace enormemente difícil llegar a tener una imagen positiva de sí mismos. La falta de una autovaloración positiva y de confianza en sí mismos que de ello resulta, puede entonces teñir todos los aspectos de su vida. SUSAN FORWARD




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martes, 15 de diciembre de 2015

Vacío de amor y demanda voraz, la trampa de esperar que cambien nuestros padres.

Aún en una situación extrema, está mal pensar que el narcisista va a estar listo para satisfacer sus esperanzas y necesidades cotidianas, mucho menos las extremas. [Uno nunca recibe lo que pide de un narcisista].(sobre todo en lo que tiene que ver con herencias económicas, dejan deudas, conflictos familiares) No se ataque a usted mismo por desear tal o cual cosa.(quedó un vacío de necesidades insatisfechas desde muy temprano y lleva tiempo diferenciar que ese vacío no es nuestra responsabilidad siendo niños como fuimos simplemente necesitábamos que otros nos atendieran, ahora somos responsables de atravesar el duelo y dolor del vacío, luego claro brindarnos aquello que no obtuvimos antaño, de manera realista y desde el adulto amoroso)(el niño interior herido necesita confiar en el adulto y eso lleva tiempo y constancia) Usted es un estudiante en la escuela del auto-castigo.(nos castigamos para proteger la imagen idealizada de nuestros padres, cuanto más narcisistas sean esos padres mayor idealización para cubrir el vacío de amor) (los padres son poderosos y nosotros carentes de poder, esa es la ecuación de idealización, el cambio está en empoderarnos)
Su introyecto se volverá en contra suyo, no hay suficiente consideración y amor.(el introyecto no es otra cosa que una imagen interiorizada de los padres, si los mismos son poderosos el introyecto también,no hay lugar a la imperfección en el narcisismo,lo imperfecto está sobre nosotros,también pueden haber expectativas grandiosas sobre los hijos por supuesto nunca llegan a cubrir las mismas por eso se nos exige, el intoyecto ejerce control despiadado para que no aparezca quienes somos de verdad).
Necesitar amor materno y protección de parte de quienes carecen de ello no es excusa para que usted se ataque a sí mismo.(no tiene nada de malo necesitar, tener deseos, la vida es impulso, no confundir la carencia vivida con nosotros ser carentes de por vida, no confundir el desamor parental con una imposibilidad de amar, el amor se puede ejercitar poco a poco, primero hacia nosotros mismos y luego expandirlo hacia otros). E Golomb

lunes, 14 de diciembre de 2015

Me quedé atascado en mi proceso de terapia

Evitar sentir, no atravesar el proceso de transformación.
»Basta, por ejemplo, con explicarle al paciente lo difícil que lo tenían sus padres u otras personas, para que sus reproches latentes queden de inmediato reducidos al silencio. No posee sentimientos, no los nota, lo único que siente es compasión hacia los causantes de sus sufrimientos. Pues uno no puede sentir el dolor y al mismo tiempo comprender los motivos por los que se le causó ese dolor. En ese caso, uno se limita a no sentirlo. Alice Miller



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viernes, 11 de diciembre de 2015

No ames si no quieres perder tu vieja identidad

La experiencia del amor verdadero tiene que ver también con los límites del yo, puesto que supone una extensión de los mismos. Los límites de una persona son los límites de su yo. Cuando ampliamos nuestros propios límites por obra del amor, lo hacemos extendiéndolos, por así decirlo, hacia el objeto amado, cuyo desarrollo deseamos promover. Para poder hacerlo,
el objeto en cuestión debe, primero, ser amado por nosotros; en otras palabras, un objeto exterior a nosotros, que está más allá de los límites de nuestro yo debe atraernos y despertar en nosotros el deseo de entregarnos a él y comprometernos con él.
De esta manera, cuanto más nos extendemos, más amamos y menos nítida se hace la distinción entre uno mismo y el mundo, de forma que llegamos a identificarnos con éste. A medida que se atenúan y se debilitan los límites de nuestro yo, experimentamos, cada vez más intensamente, el mismo éxtasis que hemos sentido al desmoronarse parcialmente los límites de nuestro yo y nos «hemos enamorado». Sólo que, en lugar de habernos fundido transitoria e ilusoriamente con un objeto amado, nos fundimos de manera más permanente y real con gran parte del mundo, de manera que puede establecerse una «unión mística» con todo el mundo. La sensación de éxtasis o bienestar que acompaña a esta unión, aunque quizás más suave y menos espectacular que la que acompaña al enamoramiento, es mucho más estable, duradera y satisfactoria.
Ésta es la diferencia que hay entre la experiencia cumbre, tipificada por el enamoramiento, y lo que Abraham Maslow define como la «experiencia de la meseta».En este caso, las alturas no brillan repentinamente para luego perderse;se las alcanza para siempre. M. Scott Peck




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jueves, 10 de diciembre de 2015

Las creencias que limitan

Los mensajes del inconsciente son poderosos: «No puedes tener más éxito que yo», «No puedes ser más atractiva que yo» o «No puedes ser más feliz que yo». Dicho de otra manera: «Todos tenemos nuestros límites, y el tuyo soy yo».
Como estos mensajes tienen una trabazón tan sólida; si los hijos adultos de padres competitivos consiguen arreglárselas para destacar en algo. Cuanto más éxito tienen, más desdichados se sienten, y es frecuente que eso los lleve a sabotear sus propios éxitos. Para los hijos adultos de este tipo de «incapacitados», el precio que pagan por mantener cierta paz interior es quedarse eternamente por debajo de sus potencialidades. Controlan su sentimiento de culpa auto limitándose inconscientemente para no ir más allá de donde llegaron sus padres, y así, en cierto sentido, cumplen las profecías negativas de aquéllos. SUSAN FORWARD



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miércoles, 9 de diciembre de 2015

La verdad promueve la confianza

Cuando el niño se da cuenta de que sus padres se interesan por cómo ha percibido sus agresiones experimenta una gran sensación de alivio y de justicia. 
No se trata sólo de perdonar, sino de eliminar aquellos secretos que separan a unos y a otros. Se trata de construir una nueva relación basada en la confianza mutua y en suprimir la sensación de aislamiento en la que hasta el momento se encontraba el niño maltratado. Alice Miller



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viernes, 4 de diciembre de 2015

Unión y expansión



Es obvio que la actividad sexual y el amor, aunque pueden darse simultáneamente, con frecuencia están disociados porque son fenómenos fundamentalmente separados. En sí mismo, el acto de hacer el amor no es un acto de amor.
Sin embargo, la experiencia del acto sexual y, especialmente, la del orgasmo (incluso en la masturbación) es una experiencia asociada también a un grado mayor o menor de destrucción de los límites del yo, y al éxtasis correspondiente. 
A causa de esta caída de los límites del yo, podemos decir «¡Te quiero!» en el momento del orgasmo incluso a una prostituta por la que unos instantes después (cuando los límites del yo recuperan su lugar) no sintamos ni un ápice de afecto. Esto no quiere decir que el éxtasis del orgasmo no pueda intensificarse si se comparte con una persona amada; en efecto, puede acrecentarse. Pero aunque no se trate de una persona amada, el hundimiento de los límites del yo que se produce con el orgasmo puede ser total; durante un segundo podemos olvidarnos por completo de quiénes somos, perdernos en el tiempo y en el espacio, sentirnos fuera de nosotros mismos, transportados. Podemos fundirnos con el universo. Pero sólo durante un segundo.
He empleado la expresión «unión mística» para designar la prolongada «unidad con el universo» que se experimenta en el verdadero amor, a diferencia de la unidad momentánea propia del orgasmo. El misticismo es esencialmente una creencia según la cual la realidad es unidad. El místico más profundo cree que nuestra percepción usual del universo como una multitud de objetos diferentes —astros, planetas, árboles, pájaros, casas,
nosotros mismos— todos separados entre sí por límites precisos es una percepción falsa, una ilusión. Los hindúes y budistas se sirven de la palabra «Maya» para designar esta percepción falsa general, este mundo de ilusión que erróneamente creemos real. Ellos y otros místicos sostienen que la verdadera realidad sólo puede conocerse experimentando la unidad, lo cual se logra eliminando los límites del yo. Es imposible captar realmente la unidad del universo mientras uno continúe considerándose en cierta manera como un objeto separado y distinto del resto del universo. Por eso, a menudo, los hindúes y los budistas afirman que el niño, antes de desarrollar los límites del yo, conoce la realidad, mientras que los adultos no la conocen. Y hasta sugieren que la senda que conduce a la iluminación o conocimiento de la unidad de la realidad, exige que suframos un proceso de regresión para volver a ser como niños. Ésta puede ser una doctrina peligrosamente tentadora para ciertos adolescentes y jóvenes que no estén preparados para asumir las responsabilidades del adulto, las cuales les parecen abrumadoras y más allá de su alcance. Estas personas pueden pensar «No tengo que pasar por todas esas cosas; puedo tratar de renunciar a ser un adulto y retirarme a la santidad sin asumir las responsabilidades del adulto». Sin embargo, al obrar de acuerdo con esta suposición, lo que se da es la esquizofrenia antes que la santidad. M. Scott Peck



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