lunes, 29 de febrero de 2016

Las trampas de la justificación

Es comprensible que queramos perdonar y olvidar para no tener que sentir dolor, pero esta vía no funciona. Más pronto o más tarde nos damos cuenta de que nos hemos equivocado de camino y de que así no solucionamos nada. Fíjese en la cantidad de sacerdotes pedófilos. Perdonaron a sus padres los abusos sexuales y otros abusos de su autoridad. Y ¿qué hacen ahora? Repiten los «pecados» de sus padres, precisamente porque se los han perdonado. Si hubiesen juzgado de forma consciente los crímenes de sus padres, no se habrían visto forzados a hacerles lo mismo a otros niños, abusando de ellos y confundiéndolos al condenarlos al silencio. Alice Miller



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viernes, 26 de febrero de 2016

Mentimos a los demás y nos mentimos a nosotros mismos.

Que nuestra propia conciencia y nuestro sentido de realidad pida cuentas a nuestra adaptación “a nuestro mapa” puede ser tan legítimo y doloroso como cualquier petición de responsabilidades dentro de la sociedad. De las innumerables mentiras que la gente suele decir, dos de las más comunes, potentes y destructivas son: “Queremos a nuestros hijos” y “Nuestros padres nos quieren”. Puede ser que nuestros padres nos quieran y que nosotros queramos a nuestros hijos, pero cuando no es así la gente llega a extremos extraordinarios para no admitirlo. (por ejemplo la autodestrucción, o dañar a otro en nombre del amor)Yo suelo decir que la psicoterapia es el “juego de la verdad” o el “juego de la sinceridad” porque una de las finalidades es ayudar a los pacientes a afrontar estas mentiras. Una de las raíces de la enfermedad mental es invariablemente un circuito cerrado de mentiras que nos han dicho y que nos hemos dicho a nosotros mismos. Sólo en una atmósfera de máxima sinceridad pueden descubrirse y extirparse esas raíces. Para crear esa atmósfera es esencial que los terapeutas tengan una capacidad total de apertura y veracidad en sus relaciones con los pacientes ¿Cómo puede esperarse que un paciente soporte el dolor de afrontar la realidad si nosotros no somos capaces de soportarlo? M. Scott Peck

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jueves, 25 de febrero de 2016

El deseo de amar abre el camino hacia el amor

Los niños son receptores sumamente sensibles de las emociones y reacciones de los adultos. Desde muy temprano, el bebe ya percibe si su nacimiento ha sido deseado o no, y cuáles son las actitudes y vivencias de su madre al respecto, por más que esta crea que el hecho pasa inadvertido para todos. Una madre (padre también) que no deseo a su hijo puede engañar a todo el mundo afirmando que lo quiere, pero jamás logrará convencer a su pequeño por mucho que se lo repita. El menorsiente la verdad, o sea, que no es querido, por lo cual empezará a desarrollar los problemas derivados de este tipo de maltrato psicológico.
Cuando nos referimos a niños no deseados hablamos no solo de los hijos de embarazos no deseados. En muchos casos el niño/a no nació como su madre lo deseaba, es decir, no cumplió sus expectativas.
Estas expectativas pueden ir desde el sexo, el tono de la piel y el carácter hasta defectos físicos o alguna discapacidad.
La frustración de la madre (el padre también!) cuando el hijo no cumple sus expectativas provoca resistencia y rechazo. Para aquellos que desean tener un niño o una niña que tenga el ojo azul o que resulte tener una mente brillante (según las propias expectativas, con ver a todos los niños podemos darnos cuenta que son brillantes), la recomendación es que lo olviden. Lo mas seguro es. que les toque alguien muy diferente. Dr Lammoglia.



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miércoles, 24 de febrero de 2016

Las experiencias de angustia nos bloquean

El almacenamiento erróneo que ocurre durante la angustia es como un disco. Llevar encima esta grabación de la experiencia angustiosa equivale a que tengamos en nosotros una trampa explosiva.
Cuando enfrentamos una nueva experiencia lo suficientemente similar a la grabación de angustia, nos vemos forzados compulsivamente a vivirla como una reedición de la vieja experiencia angustiosa.
Se podría decir, si algo nos “recuerda demasiado” a alguna vieja experiencia de angustia, que nos obliga a comportarnos como si fuésemos un “tocadiscos” ambulante.
Es como si la nueva experiencia nos “apretara un botón”; y entonces la grabación de la vieja experiencia angustiosa se instala como un disco en un fonógrafo localizado en nuestra mente, y luego la grabación nos maneja.
La persona que se encuentra manejada por una experiencia de angustia grabada en el pasado dice cosas que no son pertinentes, hace cosas que no funcionan, no se pone a la altura de las circunstancias, y sufre sentimientos tremendos que no tienen nada que ver con el presente. Esta forma de actuar es “subhumana”, muy diferente a la forma creadora y capaz con la que actúa un ser pensante. Harvey Jackins





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martes, 23 de febrero de 2016

Obediencia inconsciente a las reglas familiares

El tipo de obediencia a que me refiero no tiene nada que ver con una libre opción, y rara vez resulta de una decisión consciente. 
Jody,...a los diez años se convirtió en compinche de las borracheras de su padre, dejó bruscamente la terapia porque empezaba a ver cada vez con más claridad lo infundado de su convicción de que «la mala» era ella. Estaba rompiendo las reglas que prescribían «no digas la verdad», «no crezcas ni abandones a papa» y « no tengas relaciones sanas».
Si se ven escritas, estas reglas parecen ridículas. ¿Quién puede obedecer a una regla que le diga: «no tengas relaciones sanas»?Lamentablemente, la respuesta es: la mayoría de los hijos adultos de «esta clase» de padres. Hay que recordar que son, en su mayoría, reglas inconscientes. Nadie se propone tener una mala relación, pero eso no impide que millones de personas la tengan una y otra vez.
Cuando pedí a Jody que examinara las creencias de la familia y los efectos que tenía sobre su vida la obediencia que les prestaba, su angustia la llevó a abandonar la terapia. 
Era como si se estuviera diciendo: «Mi necesidad de obedecer a mi padres es más importante que mi necesidad de mejorar».SUSAN FORWARD





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lunes, 22 de febrero de 2016

Enfrentar la verdad....

En general, un niño que ha padecido abusos por parte de sus padres carece en su vida adulta de testigos y permanece aislado, no solo de los demás, sino también de sí mismo, porque reprime la verdad y nadie le ayuda a reconocer la realidad de su infancia. Porque la sociedad se pone siempre de parte de los padres. Todo el mundo sabe que esto es así y por lo tanto no se atreverá a acercarse a la verdad. Sin embargo, si en el marco de una terapia adecuada una persona consigue experimentar y expresar su rabia, se enfrentará con la oposición de su familia y amigos, ya que habrá roto un tabú y esto les inquieta. Estas personas se enfrentarán con todos los medios contra el afectado para poder proteger sus propios recuerdos reprimidos.
Hay muy pocos supervivientes de abusos infantiles que sean capaces de soportar estas agresiones y que prefieran aceptar el aislamiento que surge de ellas a traicionar su verdad. Las cosas cambiarán, no obstante, cuando la sociedad tenga más información sobre la dinámica emocional de estos procesos y sea mayor el círculo de las personas informadas, de esta forma las víctimas no tendrán que experimentar una absoluta soledad. Alice Miller



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jueves, 18 de febrero de 2016

La bondad y los límites permite la apertura emocional sanadora

Cuando el niño ha dejado de pensar bien y no existe la oportunidad de desahogar (con risa o llanto) lo que le molesta, buscará la manera de llamar la atención. Hará cosas que sabe no son razonables, se aislará o estará molesta con todo lo que usted diga o haga. Esta es la manera en la que pide que se acerque. Le está mostrando que ahorita no puede pensar bien y que usted necesita ponerle un límite. Ese límite le dará un pretexto para explotar o enfocar su frustración y deshacerse de los malos sentimientos y así volver a pensar.
Para un niño que se encuentra “descontrolado”, el límite firme pero bondadoso que usted pone es una bendición. El niño tendrá su “No” o su “Ahorita no” o su “No te puedo dejar que hagas eso” que le servirá para enfocar lo que le molesta. El “No” que usted sostiene le pone cara a las frustraciones y tensión que lo sacan de la raya. De esta manera podrá mostrar por completo lo que siente. Después de esta oportunidad se sentirá mejor y podrá conectarse con usted de la manera cariñosa que a ambos le gusta. Patty Wipfler
(el trato con nuestras propias heridas emocionales es el mismo,ser nuestro padre/madre amoroso, ponemos límite cuando aparece una emoción fuera de contexto y luego le damos lugar amorosamente cuando estamos en un buen contexto, para sentir y expresar todo lo que quedó pendiente, dar el espacio-tiempo bondadoso para sentir y expresar, lo que nos enferma es reprimir, sentir no enferma todo lo contrario nos libera)


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miércoles, 17 de febrero de 2016

Perdona y olvida, suelta el pasado...

Stephanie seguía sintiéndose desdichada. Se sometió a terapia durante dos años sin poder salir de una intensa depresión, y entonces vino a verme.
La puse en uno de mis grupos de víctimas del incesto, y en su primera sesión Stephanie nos aseguró que había hecho las paces con su padrastro (abusador) y con su madre, fría e inadecuada, y los había perdonado a ambos. Le dije que si quería liberarse de su depresión quizá tuviera que «desperdonarlos» durante un tiempo, para poder establecer contacto con su enojo, pero insistió en que ella creía profundamente en el perdón y no necesitaba enojarse para mejorar. Entre nosotras llegó a desencadenarse una pugna bastante intensa, en parte porque yo le estaba pidiendo que hiciera algo doloroso, pero además porque sus creencias religiosas contradecían sus necesidades psicológicas.
Stephanie hizo escrupulosamente su trabajo, pero se negaba a establecer contacto con su rabia. Poco a poco, sin embargo, empezó a tener estallidos de cólera en relación con otras personas. Por ejemplo, una noche abrazó a otro miembro del grupo, diciéndole: «Tu padre era un monstruo; ¡lo odio!».
Algunas semanas después afloró, por fin, su propia rabia reprimida. Stephanie vociferó, insultó y acusó a sus padres de haber destruido su niñez y mutilado sus años de adulta. Después la abracé mientras ella sollozaba, y sentí cómo se relajaba su cuerpo.
Cuando estuvo más tranquila le pregunté, en tono burlón, qué clase de comportamiento era aquél para una buena cristiana, y jamás olvidaré su respuesta:
-Me imagino que lo que le importa a Dios es que yo mejore, no que perdoné.
Aquella noche fue para ella el momento decisivo. La gente que ha tenido padres como ésos puede perdonarlos, pero el perdón tiene que ser el final, no el comienzo, de su limpieza general emocional. Es necesario que la gente se enoje por lo que le ha sucedido. Es necesario que se lamente porque sus padres jamás le dieron el amor que anhelaba. Es necesario que deje de restar importancia al daño que le hicieron. Con demasiada frecuencia, «perdona y olvida» quiere decir «haz como que aquí no ha pasado nada» .SUSAN FORWARD
(Agrego que el perdón genuino, así como la compasión vienen luego de liberar las emociones,no es un como sí "perdonara", y en ese tema no hay tiempos, cada uno sabe, no hay que apurar el proceso o decir ya está,ya hice los ejercicios, listo, si nos apuramos a perdonar en realidad estamos evitando el dolor, y el cuerpo siempre es el mediador de la verdad sin la moral represiva). (vivir en el ahora se hace real si no hay asuntos pendientes, sino probemos de meditar teniendo la vejiga llena de orina!)


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martes, 16 de febrero de 2016

Planificar y tomar la decisión como adultos.

Es común que la ilusión de tener un bebe no contemple más que una escena de "la familia feliz" como una fotografía en la que todos se ven sonriendo, felices para siempre en un pedazo de papel. Pero la cosa no es así. Si bien los hijos nos dan momentos de gran satisfacción y hasta llegamos a pensar que nuestra vida no hubiera tenido ningún sentido sin ellos, también es cierto que hay noches de desvelo, momentos de angustia y una vida cotidiana que no siempre está llena de sonrisas y alegrías.
Pero claro que nadie llena los álbumes de fotos con imágenes de los momentos difíciles, los llenamos con los recuerdos de los cumpleaños, de aquel viaje a la playa, del día que bailó la niña en el festival de las madres. Está bien, preferimos recordar lo bueno. Para los que aun no tienen niños, ver estos álbumes les da la idea de estar frente a una familia donde todos siempre están saludables y contentos. Entonces eligen tener la suya sin pensar, sin preguntar por los conflictos, las enfermedades y el cambio radical que se da en la vida de los padres a partir de que llega el primer hijo. 
Dr LAMMOGLIA RUIZ


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lunes, 15 de febrero de 2016

Los procesos de sanación implican apertura a las emociones difíciles

»A menudo, los reproches a los padres están asociados a terrores mortales, no sólo a causa de amenazas reales, sino porque para un niño pequeño la pérdida de la persona que constituye su única referencia representa un peligro de muerte. Así, el adulto conserva sus antiguos miedos reprimidos […] y las humillaciones sufridas bajo el disfraz de medidas necesarias para su bien, y se aferra a toda costa a la idea de que aquellos padres torturadores lo amaban. Ni siquiera personas que han demostrado a todo el mundo su elevada inteligencia han sabido liberarse de ese error, pues han mantenido a cal y canto su auténtico saber.
»Uno sólo puede aclarar realmente su situación personal y disipar los miedos cuando es capaz de sentirlos, no cuando se dedica a discutir sobre ellos. […] El mayor obstáculo en mi propia terapia era la costumbre, procedente del psicoanálisis, de trabajar con la libre asociación de ideas. Ese método me hacía posible una y otra vez inteligentes conexiones mentales y, con ello, una supuesta visión panorámica. Eso me ayudaba a eludir la dolorosa confrontación con mis padres, tapando así todos los agujeros por los que podría haber echado una mirada a la realidad de mi infancia. Mientras fui capaz de llamar por su nombre a los sentimientos, conservé mi posición de dominio sobre la niña que hay en mí, haciendo imposible hallar su lenguaje, el lenguaje de las sensaciones y sentimientos hasta entonces nunca nombrados. […] Tras un largo tiempo fui por fin capaz de permitirle a esa niña que hay en mi interior que expresara sus sensaciones y sentimientos y que se tomara para ello todo el tiempo necesario. Pero esa niña sólo podía sentir si la parte adulta y educada de mi yo lo permitía y no se lo obstaculizaba por medio de explicaciones y asociaciones.
Esa experiencia me ayudó a descubrir que Freud creó, con su método, un sistema de autoengaño que funciona eficazmente al servicio de la represión. Alice Miller


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viernes, 12 de febrero de 2016

A pesar de su apariencia exterior,muchas personas continúan siendo psicológicamente los hijos de sus padres

, viviendo según los valores que ellos les inculcaron, motivados sobre todo por la aprobación o la desaprobación de los padres (aun cuando éstos hayan muerto hace mucho tiempo), sin atreverse nunca a tomar el destino en sus propias manos.


Aunque los grandes saltos se dan comúnmente durante la adolescencia, pueden darse a cualquier edad. Un empresario de cincuenta y dos años, deprimido después de sufrir un ataque cardíaco, considera retrospectivamente su vida de frenética ambición, consagrada sólo a ganar cada vez más dinero y a ascender cada vez más en la jerarquía de su empresa y comprueba que su vida carece de sentido. Después de largas reflexiones, se da cuenta de que ha actuado siempre condicionado
por obtener la aprobación de una madre dominante que constantemente lo criticaba; se había matado trabajando para poder mostrarle a ella sus méritos. Arriesgándose a la desaprobación de su madre, por primera vez en su vida y desafiando la ira de su mujer y de sus hijos, acostumbrados a un
gran nivel de vida, el hombre se traslada al campo y abre un pequeño taller donde repara muebles antiguos. Estos cambios importantes, estos saltos hacia la independencia y la autodeterminación son enormemente dolorosos a cualquier edad, requieren un enorme valor y suelen ser el resultado de la psicoterapia. A causa de los riesgos que entrañan, estos saltos a menudo requieren un tratamiento de psicoterapia, no porque la terapia disminuya los riesgos, sino porque le proporciona apoyo y valentía al individuo.M. Scott Peck


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jueves, 11 de febrero de 2016

Nuestra responsabilidad como adultos es sanar y no repetir el ciclo transgeneracional.

SUSAN: Tú te las arreglaste para sobrevivir cargando con toda la maldad. Si cuando eras pequeño hubieras visto a tu padre como malo, ésa habría sido una visión abruma dora, aterradora. Pero ya no eres un niñito, Joe, y tienes que empezar a decirte la verdad. Y la verdad es que tu padre fue responsable en un cien por ciento del maltrato al que te sometió, de ser violento y de ser bebedor. También era en un cien por ciento responsable de haber optado por no hacer nada para resolver sus problemas y salvar a su familia. Y aunque para ti sea más consolador ver a tu madre como una víctima inocente, ella fue responsable en un cien por ciento de no haber protegido a sus hijos ni haberse protegido ella. 
En efecto, permitió que los malos tratos continuaran, y tú tienes que empezar a asignar la responsabilidad a quien corresponda.SUSAN FORWARD


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miércoles, 10 de febrero de 2016

Camino contra corriente

En cuanto descubrí la función bloqueadora de esos sentimientos de culpabilidad, advertí que siempre surgían, impidiéndome dormir, cuando aparecía en mi mente un fragmento de algún recuerdo traumático. Al día siguiente me esforzaba en volver a negar lo que había descubierto en la víspera. O bien lo olvidaba, o me veía forzada a negarlo, o bien me sentía terriblemente mal por haber sido capaz de pensar algo tan abominable de mis padres. En mi caso entraba en juego la misma regla invariable que forzó a Freud a traicionar sus hallazgos..[] [ En principio, Freud había descubierto en sus tratamientos -practicados aún en parte con ayuda de la hipnosis- que todos sus pacientes habían sido niños maltratados y que los síntomas de sus trastornos eran el lenguaje en el que explicaban su historia. En 1896, tras informar de sus hallazgos a la comunidad de los psiquiatras, se vio completamente aislado, a solas con su descubrimiento, que ninguno de sus colegas quiso compartir con él. No soportó por mucho tiempo esa soledad. Pocos meses después, en 1897, calificó los relatos de sus pacientes sobre abusos sexuales como meras fantasías que había que atribuir a sus tempranos deseos instintivos. La humanidad había sido brevemente despertada de su letargo, pero ahora podía volver a sumirse en él.]
Muchos terapeutas observan a menudo esa resistencia en sus pacientes y la interpretan erróneamente como prueba de que es imposible conocer lo realmente ocurrido. Y ese mismo paciente acaba no estando seguro de si describe recuerdos o simples fantasías. La lucha interior del niño en favor de la imagen del buen padre o de la buena madre puede llegar a ser tan intensa que no sólo el paciente sino también todos aquellos que lo rodean sean presa de la confusión. […] la idealización de los padres con la ayuda de la fantasía y de la represión, ayuda al niño a sobrevivir. Atribuir algo malo a la persona a la que se ama y a la que se tiene por modelo iría, pues, en contra de la natural autodefensa y de las leyes de la vida. De esto se deduce que el niño jamás se inventa traumas. Al contrario: para poder sobrevivir, debe hacer soportable el dolor con ayuda de la fantasía. Alice Miller



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viernes, 5 de febrero de 2016

Para empezar a caminar hay que dejar de gatear, por cómodo que sea, o por bien que lo hagamos.

Sólo aquel que sea capaz de soltar lo que ha alcanzado, verá que ante él se abren continuamente posibilidades.
Simplemente está ahí, como por milagro. Basta con abandonarse a ella con confianza. El hombre volverá a vivir esa experiencia de dicha y de asombro cautivante, siempre que al sentirse impotente ante una situación comprometida, le venga de repente, y sin saber por qué, un sentimiento de poderío interior, sentimiento que se hace presente si tiene el coraje de “soltar” esa tensión que le crispa la parte alta del cuerpo y que caracteriza a un Yo inquieto, al acecho siempre de seguridad, conocedor sólo del poder de la voluntad.(hay una fuerza que nos impulsa a desarrollarnos, para mí la resiliensia es innata todos tenemos ese potencial) K.G. Durckheim