Los azotes y otros tipos de malos tratos también producen lesiones porque las neuronas de reciente formación y sus conexiones se destruyen en los estados de estrés (en otro orden de cosas, esto también sucede cuando el feto se somete de forma exagerada a una estimulación intensa, como por ejemplo la audición prolongada de música «para que nazca un Mozart», tal como recomienda una escuela de padres española; el niño necesita un ritmo de estimulación propio y sin imposiciones artificiales externas para que su cerebro se desarrolle libremente). Todos estos trabajos coinciden en que las primeras emociones dejan su huella en el cuerpo y se codifican como información que influirá sobre nuestra forma de sentir, pensar y actuar en la edad adulta, pero la mayoría de las veces, esta información permanece inaccesible para el entendimiento consciente y lógico. Alice Miller
No sé si es un fenómeno que ha ido aumentando o simplemente que en otros tiempos nos se le prestaba atención, o simplemente se reprimía las emociones.La sensibilidad es despreciada desde el modelo del patriarcado, parece que las nuevas generaciones de niños, sobretodo pensando en los varones, tiene mayor sensibilidad o la exterioriza de manera más amplia. Estos niños si lo comparamos con un simple cable (lamento el ejemplo tan limitado) a tensiones superiores a la capacidad de procesamiento, o si se los sobre estimula, se queman!, literalmente. Y luego queda una extrema sensibilidad casi asociada al dolor, en el cuerpo y en el alma. Necesitan aislarse para no recibir estímulos que son percibidos como dolorosos. En un ambiente exigente, competitivo, altamente disociado de lo que sentimos es poco probable que puedan recuperarse. Necesitan un largo proceso, muy cuidadoso, respetando lo que pueden, para recuperar una sensibilidad asociada al disfrute, y confiar en que no se les va a volver a exponer a otra descarga extrema.