“Dejémosle que sea él quien dirija la conversación.
No lo interrumpamos con nuestras propias preocupaciones y molestias. Ahora le toca hablar a él. Está tratando de resolver situaciones que le preocupan o interesan. No es necesario que le demos soluciones. Vivimos con la ansiedad de que puedan resolver rápido y eficazmente sus problemas. Pero hay procesos que son penosos y llevan tiempo. Esto difícilmente sucede si les damos consejos. Lo que él necesita es la seguridad de que lo amamos y estamos orgullosos porque sabemos que él encontrará soluciones inteligentes. Esta actitud de respeto hacia él es mucho más útil que cualquier consejo que queramos darle” Patty Wipfer
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