jueves, 30 de abril de 2015

Tratarnos con compasión, la mejor manera de promover el cambio


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Sigamos desafiándonos

 ¿Acaso existe alguien, por más materialista que sea, que no quiera desarrollarse? Tal cosa no es posible, porque el objetivo de la vida consiste, precisamente, en el desarrollo del alma. Hazrat Inyat Khan

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Abrirnos plenamente

Ábrase a todas las emociones, personas y situaciones con las que se encuentre.Entonces experimentará por sí mismo la enseñanza que nadie podrá enseñarle nunca. Pema Chödrön

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Duele el corazón

Existe un dolor tan absoluto
que devora nuestro Ser.
Entonces el abismo se cubre con el manto del trance
para que la memoria pueda caminar
en torno a él, a través de él y sobre él. Emili Dickinson



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El sufrimiento

El sufrimiento que solemos experimentar en nuestra infancia cuando no somos respetados ni amados es tan intenso que acabamos contrayéndonos y desconectándonos de la apertura primordial de nuestro ser. J.Welwood


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lunes, 27 de abril de 2015

Reprimir las emociones

En mi infancia tuve que aprender a reprimir mis reacciones espontáneas a las afrentas reacciones como la rabia, la ira, el dolor y el miedo por temor a un castigo. Más tarde, en mi etapa escolar, me sentía incluso orgullosa de mi capacidad de autocontrol y de mi contención. Creía que esta capacidad era una virtud, y esperaba verla también en mi primer hijo. Sólo cuando pude liberarme de esta actitud me fue posible entender el sufrimiento de un niño al que se le prohíbe reaccionar de manera adecuada a las heridas y experimentar su forma de relacionarse con sus emociones en un entorno favorable, para que más adelante, en su vida, en vez de temer sus sentimientos encuentre en ellos una orientación.
Por desgracia, a mucha gente le ha ocurrido lo mismo que a mí. De pequeños no se les permitió mostrar sus emociones, por lo que no las vivieron y más tarde las anhelaron. En las terapias algunos han conseguido encontrar sus emociones reprimidas y vivirlas, con lo que éstas se han transformado en sentimientos conscientes que la persona puede entender desde su propia historia, y ya no necesita temer. Sin embargo, otros han rechazado este camino porque no han podido o no han querido confiar a nadie sus trágicas experiencias. Alice Miller




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jueves, 23 de abril de 2015

La fuerza de transfromación adolescente



Ojalá que la fuerza de rebeldía adolescente no se duerma e insistan en cambiar y transformarse, espero la marihuana,el paco, celulares, computadoras, medios de comunicación , alcohol, familias, instituciones, no los aplaque, momento conflictivo importante para cuestionar, etapa fuerte . de sufrimiento y autenticidad que luego se va tapando para convertirse en adultos más o menos dormidos. Así veo a la transformación de Arjuna, entre el niño y el adulto, dejo la peli para ver son varios capítulos, Abrazo





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miércoles, 22 de abril de 2015

Apego seguro, el antídoto contra la enfermedad


Víctimas de maltrato infantil, proceso de sanación

En la actualidad algunas de las antiguas víctimas de malos tratos infantiles buscan terapias para liberarse de las consecuencias de esos malos tratos. Pero, al igual que ellas, sus terapeutas temen a menudo conocer la verdad de la infancia; de ahí que la liberación se logre en muy pocos casos. A lo sumo, a corto plazo se produce una mejoría de los síntomas si se le posibilita al paciente vivir sus emociones; podrá sentirlas, expresarlas en presencia de otro, algo que antes nunca le estuvo permitido.
Casi todas las instituciones contribuyen a esta huida de la verdad. Son dirigidas por personas, y a la mayoría de las personas les da miedo la palabra infancia. Este miedo se halla en todas partes, en las consultas de los médicos y los psicoterapeutas, en los despachos de los abogados, en los tribunales y, no en menor medida, en los medios de comunicación. Alice Miller



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martes, 21 de abril de 2015

Controlar todo......

Yo siempre tenía que controlarlo todo. Nunca podía llegar tarde y no soportaba tener que esperar. Debía controlar de cientos de formas distintas. Creía que sólo tendría una oportunidad en este mundo si podía controlar o mantener la ilusión de control prediciendo y planeando mi existencia y mi entorno. Esta creencia se originó porque tuve que aprender a adivinar las necesidades y el estado de ánimo de mis padres. Ambos eran imprevisibles; en cualquier momento, a mi padre podía empezar a dolerle la cabeza o la cólera de mi padre podía estallar, haciéndonos daño a mi hermana y a mí. Jhon Lee



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lunes, 20 de abril de 2015

Proceso de sanación del trauma infantil

No basta con cortar la represión (ni siquiera con la ayuda de la hipnosis, que tan a menudo desdeña arbitrariamente las barreras de la defensa) para liberarse de las más tempranas estrategias de supervivencia y abrir el camino de la confianza al niño que en su día fue engañado. Tampoco las medidas educativas y los buenos consejos bastan para animar al niño que se esconde en el adulto para valerse por sí solo. No mientras el cuerpo siga a solas con su conocimiento. Sólo el descubrimiento de la verdad y de la consecuencia lógica de las estrategias infantiles posibilita la liberación de éstas y de las repeticiones casi automáticas en el futuro. Y esto sólo puede suceder con la seguridad de un acompañamiento íntegro.
El proceso curativo necesita tanto la confrontación con la infancia traumática como el descubrimiento de los numerosos mecanismos de defensa que se tienen que levantar para proteger al niño del dolor insoportable. Y el adulto puede lograr ambas cosas. Alice Miller




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jueves, 16 de abril de 2015

Anorexia, vínculo con la madre


¨Me da la impresión de que tengo que regular y limitar mi vida para que mi madre no alucine, para que ella esté bien y para que yo, al fin, deje de existir. ¿Qué sería eso sino una anorexia anímica? Adelgazar psíquicamente hasta que no quede nada de ti misma, para que tu madre se calme y no tenga miedo¨
Los actuales investigadores del cerebro saben desde hace unos cuantos años que la carencia de un lazo apropiado y seguro con la madre desde los primeros meses de vida hasta los tres años deja huellas decisivas en el cerebro y ocasiona serios trastornos. Alice Miller



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martes, 14 de abril de 2015

lunes, 13 de abril de 2015

El perdón hacia los padres

Una mujer muy inteligente me escribió que no quería emitir juicios generales sobre sus padres, sino ver las cosas una a una, ya que, aunque de pequeña le pegaron y la sometieron a abusos sexuales, también vivió buenos momentos junto a ellos. Su terapeuta le aseguró que debía ponderar los momentos buenos y los malos, y entender como adulta que los padres perfectos no existen y que todos, por fuerza, cometen errores. Pero no se trataba de eso. Se trataba de que esta mujer, ahora adulta, desarrollara una empatía hacia esa niña cuyo sufrimiento nadie vio, porque fue utilizada para los intereses de sus padres, intereses que gracias a su gran talento pudo satisfacer a la perfección. No obstante, si ha llegado a sentir este sufrimiento y es capaz de acompañar a la niña que lleva dentro, no debería tratar de compensar los momentos buenos con los malos, porque con ello volvería a desempeñar el rol de la niña que quería satisfacer los deseos de sus padres: quererlos, perdonarlos, recordar los buenos momentos, etcétera. La niña intentó satisfacerlos sin cesar, con la esperanza de entender las contradicciones de los mensajes y los actos de sus padres, a los que estaba expuesta. Pero este «trabajo» interior no hizo sino aumentar su confusión: era imposible que la niña comprendiera que su madre se había parapetado en un búnker interior para protegerse de sus propios sentimientos y que por eso vivía ajena a las necesidades de su hija. Y si la persona adulta entiende esto, no debería perpetuar los desesperados esfuerzos de la niña ni intentar obligarse a valorar objetivamente los hechos, oponiendo lo bueno a lo malo, sino actuar según sus propios sentimientos, que al igual que todo lo emocional son siempre subjetivos: ¿qué me atormentó durante mi infancia? ¿Qué es lo que no me permitieron sentir?
No se trata de emitir un juicio global sobre los padres, sino de encontrar la perspectiva del niño que sufre y no habla, y de romper un vínculo que yo llamo destructivo.
El camino hacia la madurez no pasa por la tolerancia a las crueldades sufridas, sino por el reconocimiento de la propia verdad y por el aumento de la empatia hacia el niño maltratado. Pasa por darse cuenta de cómo los malos tratos han entorpecido la vida entera del adulto, de cómo se desaprovecharon muchas oportunidades y de cuánta de esa desgracia se ha transmitido sin querer a la siguiente generación. Alice Miller


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viernes, 10 de abril de 2015

Psicología y Espiritualidad

El completo desarrollo del espíritu, en todo el sentido del término, no se hace posible sino cuando desaparece el espíritu del Yo, que lo acapara y lo objetiviza todo. Ello supone, necesariamente, que el Yo se diluye en la unidad primaria original de la vida, unidad en la que todos los opuestos se funden, siendo su símbolo el Hara (bajo vientre ). Siempre que un Oriental a encontrado la ¨ vía de la luz ¨ superior , no sólo merced a su pensar racional, sino gracias sobretodo a su evolución interior, para alcanzarlo ha tenido que atravesar las ¨ sombrías ¨ profundidades. Toda elevación espiritual verdadera, implica que previamente haya que descender al ¨ centro de la tierra ¨. Karlfried Graf Durckheim

Desde mi punto de vista lo más profundo en el ser Humano es la piel (Deleuze), por tanto toda la historia personal, de conformación de la propia identidad (el yo es un conjunto de yoes más o menos ordenados) se conforma en esa región de la vida desconocida, ignorada, temida, que es la niñez, obviamente descartando a las personas que vivieron una infancia que les permitió un desarrollo pleno de su ser más o menos amplio, todos los demás podemos emprender un viaje ¨espiritual¨ si conocemos la verdad y el dolor escondidos en lo profundo, ese es el barro, del que nace la flor de loto según mi entender. Sin barro no hay nutrientes para florecer. La vía espiritual carece de sentido sin ese barro. No me interesan las personas que no poseen, en realidad niegan, ese barro como sustrato de su vida. Por otra parte si nuestra sensación sentida de unidad o ¨ Yo¨ es endeble, pobre, pensar en una supuesta elevación es una buena manera de escapar de ese tan temido barro maloliente que todos compartimos como seres humanos... La flor aparece dando su perfume plenamente, si tiene ese barro que la nutra.
Tres preguntas de la Filosofía: Las contesto así dejando de lado otros temas más amplios, de dónde venimos? de la infancia, quién soy? soy fruto de las experiencias pasadas y relaciones. Hacia dónde voy? depende de que haga con mi historia y cómo integre la fragmentación que hay dentro, la aceptación y orden interior pueden dar sentido o dirección. Es decir los yoes estarían al servicio del SER, que es el timón que da dirección y sentido a la existencia.

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jueves, 9 de abril de 2015

Testigo empático del sufrimiento del niño

Durante mucho tiempo acepté que la historia infantil propia se podía elaborar sin testigos porque tuve que buscar a solas ese camino con la ayuda de la escritura y la pintura. Pero al final he tenido la suerte de encontrar una testigo iniciada y sólo gracias a su compañía empática me ha sido posible aceptar verdades que yo sola nunca hubiera podido sobrellevar. Eso ha sido lo único que me ha dado libertad para tomar con total y absoluta seriedad los mensajes del cuerpo y de las emociones y no ponerlos continuamente en entredicho.
Pero, aunque tampoco tengamos la suerte de dar con un terapeuta empático que haya elaborado él mismo su infancia y no nos la proyecte sobre nosotros, también puede servirnos de ayuda explicar a alguien nuestra niñez traumática si ese interlocutor conoce el significado determinante de esas experiencias y no las menosprecia. Alice Miller

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martes, 7 de abril de 2015

El padre ausente....herida emocional de abandono.




Lenta y dolorosamente, empecé a afrontar la rabia y el dolor que sentía por mi alcohólico y abusivo padre que nunca estaba cuando lo necesitaba. Aunque me había convencido a mí mismo de que no me importaba, lo odiaba. Intentaba hacer todo justo al contrario de cómo lo había hecho él, y hacía todo lo posible para no ser como él. Lo cierto es que, en muchos aspectos, ambos éramos uno solo y el mismo. Noté que una nueva energía estaba creciendo y manifestándose por primera vez: una energía masculina que al principio sería muy extraña e incómoda. Empecé a fijarme más en mi cuerpo, pero no de forma narcisista, sino más bien prestando atención a los pequeños dolores y la tensión. Una profunda tristeza comenzó a apoderarse de mí al darme cuenta de que no había sido consciente de mi cuerpo desde la infancia. La rabia estaba emergiendo, lo cual era muy aterrador y muy necesario. John lee
Podemos repetir como adultos la conducta de abandono sufrida en nuestra infancia hacia nuestros hijos, nuestra pareja, nosotros mismos, e incluso realizar las mismas conductas adictivas que nuestro padre tenía, identificándonos con él. Es una manera de salvar e idealizar a un padre que se ausentó ,desde sus propias heridas no resueltas, también él fue abandonado antes. Nos abandonamos y destruimos y así no cuestionamos al padre sino que somos nosotros los que estamos mal, justificamos así el abandono, nos decimos que nos abandonó por nuestra culpa, somos malos, feos, poco merecedores de amor, hicimos muchas cosas mal,nos cargamos todo el peso y no vemos que un niño es víctima y nunca es responsable. A menos claro que maduremos y enfrentemos el dolor guardado y su verdad, en ese caso la idealización cae y aparece todo, todo, todo el dolor...... luego experimentamos quienes somos realmente.


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lunes, 6 de abril de 2015

La verdad familiar

Los reproches de los hijos no matan a los padres, sino que, en el mejor de los casos, los enfrenta con su propia historia. Es posible que una confrontación así motive a los padres para que se comuniquen con sus hijos en un nivel más profundo del que hasta ahora les había sido posible. Alice Miller


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jueves, 2 de abril de 2015

No mirar al niño

¿Por qué recurrimos tan poco a esa fuente de recursos que llamamos infancia? ¿Acaso tememos los dolorosos recuerdos relacionados con ese lugar hasta ahora desconocido? Es comprensible que vacilemos porque, en cuanto intentamos tratar de comprender la situación de un niño, nuestro pasado reprimido nos puede salir al encuentro. Muchos no queremos exponernos nunca a este riesgo, no queremos volver a sentirnos como la pequeña y desvalida criatura que un día fuimos. Sin embargo, no nos imaginamos la riqueza que, precisamente, nos depara ese encuentro porque puede restituirnos la vivacidad y sensibilidad que perdimos antaño. Alice Miller



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