Dentro de la población, encontramos unos rasgos de comportamiento en común, como por ejemplo una necesidad crónica de gustar, una incapacidad para identificar sentimientos, necesidades, deseos y una necesidad de validación constante. Este grupo de pacientes sentía que se merecían todas las cosas malas que le habían sucedido, mientras que las cosas buenas que les habían sucedido eran probablemente errores o accidentes. Tenían muchas dificultades para ser asertivos y privadamente sentían una especie de rabia penetrante, la cual tenían miedo que saliera a la superficie. Se sentían como tigres de papel, por lo general muy enojados, pero muy fácil de derrotar. Sus relaciones interpersonales se caracterizaban por falta de confianza y sospecha al borde de la paranoia, intercambiados -a veces- con episodios desastrosos de una apertura y confianza total y falta de juicio. Se sentían crónicamente insatisfechos, pero estaban llenos de miedos de ser percibidos como caprichosos o quejumbrosos, si expresaban sus verdaderos sentimientos. Muchos de ellos podían retener su rabia por períodos extremadamente largos, pero luego explotaban en asuntos relativamente insignificantes. Tenían un sentimiento de vacío e insatisfacción en cuanto a lo que lograban. Esto también se encontraba entre individuos que podrían haber sido vistos como muy exitosos. La lista de gente incluía a profesionales que estaban obsesivamente envueltos en sus empresas, pero que eran incapaces de lograr algo en un nivel en el cual alcanzarían una cierta satisfacción. En las relaciones, estos individuos se encontraban en repetidas situaciones sin salida.
S.Donaldson-Pressman, R. M. Pressman
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